Lo dicho, esta saga considerada
por muchos una obra de arte de Ubisoft Montreal, ha sufrido muchos cambios en su evolución,
desde la primera parte (Assassin’s Creed) hasta la última entrega Assassin’s
Creed III. Ha abarcado la mayoría de las plataformas actuales, desde PC hasta
smartphones, pasando por consolas portátiles y las colosas PS3 y XBOX. Si por
algo destaca es por su rigor histórico, su jugabilidad y sus gráficos, que
aunque en la primera entrega no fueran algo del otro mundo, poco a poco han ido
ganando realismo hasta el punto que la última entrega podríamos confundirla con
una película de no ser por algún pequeño bug que delate la ficción.
En
la primera entrega comenzábamos poniéndonos en la piel de Altaïr, un asesino de
las cruzadas, que a pesar de su rebeldía y desobediencia inicial, acaba
convirtiéndose en el maestro de la orden de los asesinos. Todo ello con el
trasfondo actual de la historia de Desmond, un camarero, descendiente del ya
nombrado Altaïr, que es reclutado por la multinacional Abstergo, a la cual
ayuda ‘rememorando’ mediante un super ordenador llamado Animus 1.0. los
recuerdos de Altaïr, recogidos en su ADN. La segunda entrega comienza con
Desmond huyendo de Abstergo gracias a la ayuda de Lucy, una supuesta aliada de
Abstergo. Aquí se produce el encuentro con dos asesinos de la actualidad (2012)
que aunque actúan como personajes secundarios, su importancia es considerable:
Shaun Hastings, un historiador que tras publicar información compremetedora
sobre Abstergo en Wikileaks, fue perseguido por estos hasta que Rebecca Crane,
una informática perteneciente a la Orden de los Asesinos lo salvó de ser
capturado por Abstergo. Con la ayuda de estos dos asesinos, Desmond vuelve a
rememorar su pasado, esta vez centrándose en Ezio Auditore, un asesino del
renacimiento que con solo 17 años pierde a su familia por culpa de una
traición, a raíz de esto descubre la doble vida de su padre, también
perteneciente a los asesinos. Ezio es considerado el personaje más carismático
de la saga, pues el jugador por decirlo de alguna manera ‘le coge cariño’ al
conocer la raíz de su venganza y vivir desde un ámbito más cercano su vida y su
forma de pensar, al igual que en Assassin’s Creed II y Brotherhood, se puede
apreciar el gran cambio tanto en su forma de pensar como de luchar, con
pequeños detalles como la ballesta y el desarme de defensa mediante una patada,
ello contribuye a que el combate sea mucho más fluido e intuitivo. Estos
detalles se mantienen y mejoran hasta el Revelations, donde se introduce el
gancho, que sustituye a una de las hojas ocultas, y cuya aplicación va desde la
lucha hasta la interacción con el escenario, ayudando a la escalada y permitiendo
el uso de las múltiples tirolinas.
En
cuanto a Connor, es todavía poco lo que se conoce, aunque apenas quedan 3 meses
para el lanzamiento del esperado Assassins Creed III, pero por lo que parece
será una mezcla entre por decirlo de alguna manera, la profesionalidad y
precisión de Altaïr, y el carisma de Ezio, puesto que al igual que este último,
parece que también tenderemos a compadecernos del personaje desde el primer
minuto de juego, que por cierto, hace poco se ha desvelado que tendremos 30
horas de juego, sin esforzarnos en conseguir el 100% de sincro, con ello
Ubisoft vuelve la duración del II, que también fue bastante largo comparado con
sus predecesores.
Por
supuesto, si hablamos de Connor y de Assassins Creed III es inevitable
mencionar la versión para la pequeña de Sony, PSVita, Assassin’s Creed
Liberation. He de decir que su protagonista, Aveline, no me produjo mucha simpatía
al principio, pero después de varios gameplays, he de decir que posee bastante
potencial.
Para
terminar, no descarto que Assassins Creed III se vaya a convertir en uno de los
mejores títulos de Ubisoft, que está claro que lo hará, pero añoro la historia de
AC II, que como todos sabemos, poseía la característica de que cuando más
sabíamos de Ezio, más queríamos saber.
En fin…me limitaré a cerrar este
artículo con esa frase tan característica del credo de los asesinos…
Nulla è realle, tutto è lecito.
PSYCHO